El sitio de internet en español para los modelistas militares dedicados a la Primera Guerra Mundial

   

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Presentación

 

Todos los maquetistas militares, esto es, todos los constructores de modelos militares a escala, hemos tenido siempre muy claro que el tema principal en el mundo del modelismo es la Segunda Guerra Mundial. Cualquiera con un mínimo de experiencia en el tema ha realizado varias maquetas (vehículos, figuras, etc.) relacionadas con dicho conflicto. ¿Quién no ha construido alguna vez un T-34? ¿Quién no ha montado y pintado en alguna ocasión soldados alemanes, con su característico uniforme en color "feldgrau"? ¿Quién puede decir que no ha adquirido libros con ilustraciones a todo color sobre tanques o soldados de la Segunda Guerra Mundial? Esto es lógico e incluso yo diría “obligado” por diversos motivos:  se trata del conflicto más importante de la Historia de la Humanidad, la mayoría de las naciones estuvieron implicadas de una forma u otra y además tuvo lugar hace sólo sesenta años, por lo que sus huellas, ya sea en forma de destrucción o en el recuerdo de quienes la vivieron o padecieron de una manera u otra, todavía perviven. Más aún, las consecuencias sociales, políticas y culturales de ese conflicto están muy presentes hoy día en nuestro mundo. Incluso la Segunda Guerra Mundial es hoy una fuente de entretenimiento, de “cultura popular” muy importante, en forma de películas, novelas, videojuegos, etc. Por ello no es extrañar que desde siempre los fabricantes de maquetas, los editores de libros dirigidos a modelistas y los propios modelistas se hayan centrado en ese hecho histórico para ambientar sus obras. Hasta ahí todo es lógico y coherente.

También resulta lógica la proliferación de maquetas sobre otros conflictos, como las guerras entre Israel y los estados árabes (es un tema de permanente actualidad mundial) o las guerras napoleónicas (un “clásico”, con una tradición muy antigua en el mundo de las maquetas).

También en el ámbito local resulta lógica la proliferación de maquetas sobre determinadas guerras, como la Guerra Civil Norteamericana en Estados Unidos o la Guerra Civil Española en España.

Lo que ya no tiene tanta explicación es el “olvido” de determinados conflictos importantes por parte de fabricantes de kits, editores de libros militares y maquetistas en general. La no consideración por los anteriores de las guerras entre Cartago y Roma o de las Cruzadas, por poner dos ejemplos, tiene lógica: hablamos de conflictos que tuvieron lugar hace muchos siglos, cuyo recuerdo se ha perdido en la memoria de casi toda la Humanidad y que afectaron a un número reducido de naciones, las cuales ni siquiera existen hoy. Lo que no tiene “lógica histórica y cultural”, por así calificarlo, es la marginación (casi total hasta hace unos pocos años) en el mundo del modelismo militar de un conflicto relativamente reciente, de enormes dimensiones, que implicó a la mayor parte de las naciones y que resultó crucial en Historia de la Humanidad, condicionando totalmente el siglo XX y nuestro presente. Me refiero a la Primera Guerra Mundial.

Lo que sucedió en el mundo desde de que Gavrilo Princip disparó su revólver en Sarajevo hasta “las once horas del día once del mes once” de 1.918, fue la mayor guerra que el mundo conociera hasta entonces, sólo superada dos décadas después por otra guerra, que fue sencillamente una consecuencia de la anterior (cosa que ningún historiador serio puede negar, por cierto).

La Primera Guerra Mundial fue la última de las guerras “antiguas” y la primera de las “modernas” (no sólo en el terreno militar). Supuso la superación del pensamiento militar y político que hasta entonces existía y la aparición de otro totalmente distinto. Significó la aparición en los campos de batalla de armas como los gases de combate, el lanzallamas o el tanque y la confirmación de la ametralladora y la aviación como armas decisivas en la guerra. Significó además la implicación en la guerra de toda la sociedad, de la industria, el comercio, la prensa, la propaganda, los transportes, las artes, etc. Se combatió en casi todo el mundo, no sólo en muchos frentes europeos diversos, sino también en Medio Oriente, África Oriental y en todos los océanos. Afectó de una manera u otra a todas las poblaciones de los países implicados, ya fuera como combatientes, auxiliares del esfuerzo militar o como mano de obra en la industria, la agricultura o el transporte. Las consecuencias de la guerra cambiaron el mundo: hubo millones de muertos y mutilados por los combates y millones murieron por hambre o enfermedad, desaparecieron imperios enteros (como Austria-Hungría) y surgieron otros estados nuevos (Yugoslavia, Finlandia, Polonia…) y enormes territorios cambiaron de manos, con lo que millones de personas pasaron sin quererlo a ser ciudadanos de otros países, naciones ricas hasta entonces se arruinaron (caso de Alemania) y otras se enriquecieron (caso de Estados Unidos), triunfaron ideologías hasta entonces desconocidas (caso del comunismo en Rusia), hubo revoluciones y guerras civiles terribles (Alemania, Rusia, etc.) y, en fin, otras muchas consecuencias más o menos directas cuya explicación no cabe aquí.

¿Por qué entonces se ha producido la marginación de la Primera Guerra Mundial en el mundo del modelismo? La respuesta probablemente no es sencilla. Alguien podría afirmar que la responsabilidad es de los fabricantes y editores, por no ofrecer al público kits y libros sobre el tema. Pero otro podría afirmar que la responsabilidad es de los modelistas que no le reclaman a los dos anteriores esos kits y esos libros. Probablemente las dos cosas son correctas. Es lo que en España se llamaría “la pescadilla que se muerde la cola”: como la industria no ofrece un producto, el público no lo consume, y si el público no consume un producto, ¿para qué lo va a ofrecer la industria? Podríamos simplificar la respuesta diciendo sencillamente que la Primera Guerra Mundial “no está de moda”.

Ese “círculo vicioso” entre industria y consumidores (esta “falta de moda”) hay que romperlo por algún sitio y los modelistas apasionados por la Primera Guerra Mundial no podemos esperar a que lo haga la industria, por una razón muy simple: los propietarios de ICM, Dragon, Italeri o cualquier otra empresa fabricante de maquetas tienen un negocio que mantener, no están en el difícil mercado del modelismo sólo por afición a la historia militar, están para ganar dinero (lo que es legítimo) por lo que no les podemos exigir que se arriesguen a lanzar productos que puedan ser económicamente ruinosos. El “círculo” tendremos que romperlo los modelistas, la “moda” debemos crearla nosotros. Ese es el objetivo final de este sitio web.

Antes me he definido como “modelista apasionado por la Primera Guerra Mundial”. Así es. Siempre, desde niño, sentí fascinación por esos primitivos tanques llenos de remaches, por esos uniformes mezcla de siglo XIX y siglo XX, por esas enormes ametralladoras refrigeradas por agua y por esas interminables y complejas líneas de trincheras fortificadas. En cuanto adquirí cierta práctica como modelista intenté hacer maquetas de esos temas, pero en aquella época (primera mitad de los años ochenta) simplemente no había sobre este tema kits a escala 1/35 (la escala a la que yo trabajo), y no sólo eso, además casi no había libros con los que documentarme, y por supuesto internet no existía. Por ello, esas maquetas, realizadas transformando uniformes, armas, etc. de kits de la Segunda Guerra Mundial resultaron mediocres (siendo muy generoso con la calificación), por lo que regresé a la Segunda Guerra Mundial. Pero hace cuatro o cinco años decidí “volver para quedarme”. En aquella época empezaron a aparecer en el mercado pequeños fabricantes de kits (que han tenido bastante éxito con sus productos) como Model Cellar o Emhar, y también empezaron a aumentar lentamente las ediciones de libros sobre el asunto. Y desde entonces hasta hoy no he abandonado este apasionante tema.

Para un modelista militar, la Primera Guerra Mundial presenta un sinfín de posibilidades, pues la variedad de uniformes, armas, vehículos, ambientes o situaciones es enorme. La típica imagen del infante embarrado dentro de una trinchera es la que la mayor parte de la gente asocia con este conflicto, y es una imagen real, pero ésa es tan sólo una de las miles de imágenes que puede ofrecernos este tema, pues nunca hemos de olvidar que la guerra duró cuatro años y medio, que a lo largo de ese tiempo cambiaron las armas, los uniformes y las tácticas, que se combatió en infinidad de lugares distintos, tales como montañas, ciudades, playas o sabanas africanas, y que se hizo a pie, a caballo o en vehículos blindados, en trincheras, en campo abierto o en fortificaciones de hormigón. La variedad de maquetas que podemos construir es casi infinita.

Como tú, apreciado visitante del sitio, ya habrás comprendido, este sitio web nace con el objetivo de contribuir a popularizar el tema de la Primera Guerra Mundial entre los modelistas de todo el mundo, preferentemente entre los hispanoamericanos o entre los hispanohablantes en general, comunidad esta (la de los modelistas hispanos) que tradicionalmente ha estado poco inclinada hacia el tema. También tiene como objetivo suministrar un apoyo técnico básico al modelista interesado en este conflicto que no tenga cierta experiencia en el mismo. Además se pretende generar un pequeño punto de información en la red sobre este tema para los modelistas hispanos de todo el mundo. Y por último, aunque no es lo menos importante, se pretende “animar” de forma indirecta tanto a editores de libros como a fabricantes de productos para modelistas a que amplíen sus catálogos con productos relacionados con la Primera Guerra Mundial.

Posiblemente en este momento tengas aún algunas dudas sobre el sitio que no has resuelto con la lectura anterior, o quizá no me haya explicado con la claridad y concreción necesaria sobre algún asunto, así que para no extender más esta presentación y con el ánimo de responder a tus preguntas, me permito recomendar que visites la sección Preguntas Frecuentes, o que te pongas en contacto conmigo haciendo click  aquí.

Muchas gracias por tu atenta lectura y por visitar este sitio.

José Luis Chinchilla

España, diciembre de 2.005